Date permiso para tocar y reconocer partes de tu cuerpo que desde muy pequeña te dijeron que no se toca porque es sucio o feo o pecado
Explorar es conocer un territorio a menudo desconocido, es darte permiso para tocar y reconocer partes de tu cuerpo que desde muy pequeña te dijeron que no se toca porque es sucio o feo o pecado. Esta experiencia es previa a la masturbación, si conoces el territorio puedes sacarle mucho.
1. Túmbate y empieza a explorar.
2. La vulva.
La vulva es la zona externa de los genitales femeninos, no la vagina que es la zona interior, el lugar donde se aloja el pene durante el coito. Esta encerrada dentro de los labios mayores y cubierta de vello espeso y fuerte. Mueve las puntas de los dedos sobre la unión de ambos labios externos, es una zona muy sensible y es muy agradable acariciarla, abre los labios y sigue explorando con la punta de los dedos, siente la textura de los labios internos, localiza la uretra y continua hacia arriba hasta localizar el tallo del clítoris (es como una vena gorda y flexible que se mueve debajo de la piel). Llega hasta el glande del clítoris, comprueba que puedes notarlo a través de la capucha que lo cubre, retira su capuchón y tócalo con suavidad. Pasea tus dedos por la parte exterior del orificio vaginal, e introduce uno o dos dedos con cuidado si notas tirantez o escozor, lubrícalos con tu líquido, con saliva o con cualquier lubricante hidrosoluble.
3. Punto G.
de una de las raíces del clítoris que en estado de excitación abulta las paredes de la vagina, como el clítoris tiene dos raíces, hay mujeres que tienen dos puntos G. Vas a intentar buscarlo. Si estás relajada no lo notarás, solo aparecerá si estas excitada, por lo tanto para esta búsqueda necesitas un buen nivel de excitación, si no lo encuentras no pasa nada no todas las mujeres lo tienen a mano. Introduce los dedos hasta que notes una zona húmeda y caliente, ahora vete apretando un poco siguiendo el movimiento de las agujas del reloj, las 12 estarían en línea con el clítoris, si notas un bulto placentero a la una o a las once ¡bingo! Acarícialo suavemente y puede que sientas un placer muy intenso y ganas de orinar. Ahora que ya sabes donde está puedes usarlo para masturbarte o decirle a tu chico que te lo estimule es un juego nuevo y muy divertido.
4. La respiración.
El ritmo de la respiración varía según el estado emocional. Y en la respuesta sexual la respiración ha de irse acompasando a las fases por las que pasa tu cuerpo: excitación, meseta, orgasmo y resolución. Es importante que la respiración fluya durante todo el proceso. A veces, la falta de orgasmo se debe a que pretendemos controlar el ritmo respiratorio porque nos da vergüenza los quejidos o los suspiros que se producen, dales rienda suelta, déjalos fluir y si gritas, te quejas o respiran con fuerza tiene que ser así. Si te notas cohibida, haz un ejercicio que te recomiendo. Finge un orgasmo como el de la peli «Cuando Harry encontró a Rally». Libera tu cerebro de las ataduras de la cultura. Transfórmate en una «fiera salvaje» y deja que tu cuerpo se mueva y respire como le de la gana. No intervengas.
Una vez que te hemos enseñado los cuatro primeros pasos para conocer tu cuerpo, ahora es necesario sacar el mayor partido a cada uno de estos rincones. A través de las caricias, descubrirás el placer en tu propio cuerpo.
5. El pecho.
Has descubierto que te encanta acariciarte el pecho, has notado como se acelera la circulación de la sangre y un cosquilleo aparece bajo el ombligo. Puede que también hayas descubierto otras zonas en las que te sucede lo mismo, no las nombro porque erótica es toda la piel y cada uno tiene sus propios lugares, pero el pecho es una zona erógena de todos los humanos. Aspira profundamente, levanta un brazo por encima de la cabeza y con la otra mano empieza a acariciarte desde la axila, con intensidad y dulzura, tendrás que buscar tu propio ritmo y tu propia intensidad, hay mujeres que necesitan caricias muy enérgicas y otras que prefieren la máxima suavidad apenas un cosquilleo. Llégate al pezón tómalo entre los dedos índice y corazón (como si fuera un cigarrillo) y muévelo de fuera a dentro con pequeños estirones. A muchas mujeres les gusta la sensación de penetración, y unas pocas la necesitan para sentir que su orgasmo es completo
6. El clítoris.
vulva, sus cuerpos esponjosos y cavernosos están dentro de los labios mayores y menores, por ello para acariciar el clítoris cada uno ha de buscar su propia técnica. Yo te voy a dar algunas sugerencias. Coloca tu mano sobre la vulva cerrada con la parte de la palma sobre la zona donde se encuentra el clítoris y los dedos sobre la abertura vaginal, aprieta la mano rítmicamente mientras introduces los dedos en el orificio. Toma el clítoris por su base con los dos dedos pulgares y frótalos con salero. Pon los dedos de cada mano a ambos lados de la parte superior de la vulva y muévelos rítmicamente presionando sobre el clítoris. Algunas mujeres no resisten la caricia directa sobre el clítoris y suelen acariciarse por encima de las braguitas.
7. La penetración.
Es cierto que la mayoría de las mujeres no necesitan estimular la entrada de la vagina para llegar fácilmente al orgasmo pero a muchas les gusta la sensación de penetración, y unas pocas la necesitan para sentir que su orgasmo es completo. Para tener esa sensación de plenitud que proporciona la penetración puedes usar tus propios dedos, si estás acariciando el clítoris con una mano puedes meter un par de dedos de la otra en la vagina y dejarlos ahí sin moverlos no hace falta ningún movimiento para sentir plenamente. Pero también puede suceder que tus músculos hayan perdido su elasticidad. Te recomiendo unos ejercicios muy sencillos que te sirven tanto apara mejorar tu orgasmo como para mantener el suelo pélvico en forma. Aprieta el ano con fuerza durante diez segundos y relaja. Repite el ejercicio diez veces al día.
8. Balanceos y saltos.
estarán entrenados para dejarte llevar por las oleadas del orgasmo.
La idea de que los hombres prefieren a las mujeres pasivas puede que fuera verdad en el siglo pasado, pero en la actualidad muchos chicos se quejan de la pasividad de sus compañeras. Ellos también quieren sentirse deseados. Pero tampoco te obsesiones con la idea de la iniciativa, en esto como en todo déjate llevar por lo que te pida el cuerpo.
9.- Date permiso para desear y ser activa.
10.- Desarrolla tus propias fantasías.
La imaginación afortunadamente es el único ámbito en el que somos totalmente libres, pero algunas personas pretenden ponerle vallas al viento y se niegan la fantasía. Cada persona puede tener las fantasías eróticas que se le antojen. Forman parte de esa parcela de la intimidad que es absolutamente inviolable y propio y no tiene nada que ver ni con conceptos morales ni con la capacidad erótica de cada uno. Si necesitas tener una fantasía erótica especial para tener un orgasmo o para que tu orgasmo sea más intenso ¡no te prives! A tu pareja le importa mucho más sentir tu placer que averiguar en qué estás pensando y si se pone pesado con el tema ¡miéntele! Nadie tiene derecho a meterse en tu castillo interior. Pero si no tienes fantasías, búscalas: puedes ver películas porno, hay algunos comics preciosos o recurrir a tus propias experiencias y recuerdos.
11.- Aprende a decir que no.
12.- Orgasmo vaginal o clitoridiano.
Está polémica que nace en el psicoanálisis y que clasifica a las mujeres en fálicas: las que no admiten el pene en la vagina ni disfrutan con él, que prefieren acariciarse ellas mismas y son las clitoridianas o inmaduras. Las vaginales: las que se someten a los dictados del varón, admiten el pene en la vagina y sienten el orgasmo de una forma íntima caso con el cuello del útero, estas mujeres, según Freud, son femeninas y perfectas. Pero el padre del psicoanálisis se equivocó, no hay más que un orgasmo el que nace como respuesta en la médula espinal y el lugar más fácil y cómodo para conseguirlo es el clítoris, por eso si tu pareja insiste en lo del orgasmo vaginal dile que tu quieres que él tenga un orgasmo desde el escroto. Un orgasmo es un orgasmo y lo importante no es el lugar desde donde viene, lo importante es la satisfacción que produce.
A muchas mujeres les cuesta admitir que se masturban y muchas de ellas no lo han hecho hasta que no han sentido la pasión. En esto lo hombres nos llevan ventaja porque ellos suelen hacerlo desde los 12 o 13 años, ahora vas a ver todos los beneficios que puedes obtener de esta parctica tan natural.
13.- Independencia y mejores relaciones de pareja.
14.- Capacidad orgásmica y mayor control.
Cada vez que llegas al orgasmo a través de la masturbación tu cerebro está aprendiendo caminos del placer, y esto favorece tu autoestima, incrementa la confianza en ti misma y aumenta tu atractivo personal. Cuanto más te conozcas, mejor controlarás tu respuesta sexual, verás como el orgasmo es cada vez mejor, más rápido y más intenso. Aprenderás si prefieres lubricantes tanto naturales como secreciones vaginales o saliva como artificiales como los que venden en los sexshop, como te gustan los vibradores y enseñaras a tu pareja a usar los masajeadores, o cualquiera de los artefactos que venden para un mayor placer personal. No dejes de investigar todo tipo de elementos. Disfruta con tus fantasías cuanto más cultives tu jardín interior más disfrutaras de las relaciones de pareja.
15.- Circulación y estrés.
16.- Otros beneficios.
Cada vez que acaricias tu vulva y tienes un orgasmo estás ejercitando y aprendiendo a conocer y controlar los músculos de tu zona perivaginal. Este ejercicio te ayudará a prevenir riesgos y complicaciones durante el parto y a prevenir las perdidas de orina durante la post menopausia. Y no es menor la ventaja que supone en los tiempos del sida una práctica de la que estás segura que no tiene ningún riesgo incluso si la practicas en pareja.
A lo mejor has estado practicando todo lo que te has propuesto y los resultados no han sido satisfactorios. O sea que lo pasas bien pero no llegas. No llega a producirse esa descarga intensa que te deja relajada y feliz, con esas contracciones que te llevan hasta el Séptimo Cielo. Veamos qué puede ser.
17.- Demasiadas expectativas.

18.- Demasiada tensión.
habitación está llena de ojos? ¿O te estás viendo a ti misma ridícula? Todas estás preguntas que yo te hago si contestas que si a alguna es que estás en el «rol del espectador» y no te relajas. Busca un momento exclusivamente para ti. Echa el cerrojo de tu habitación, pon una luz suave, una música que ahogue tus quejidos y desconecta el teléfono. Comienza practicando el ejercicio de la caricia en el pecho con la ropa puesta. También puedes encerrarte en el cuarte de baño y llenar la bañera, no hay cosa más gratificante que masturbarse dentro del agua caliente.
19.- Demasiado relajada.
20.- El roce te molesta o no consigues concentrarte.
Si el roce te molesta es que no estás lubricando bien. El frotamiento de los dedos (que son secos) y las zonas vulvares precisa una lubricación porque si no es muy molesto, si tu fluido vaginal no es suficiente usa saliva o cualquier lubricante. Si notas que tu cabeza se va a otro lado y eso te impide centrarte en lo que estás haciendo el mejor remedio es la música, una música excitante y rítmica que te ayude a llevar tu ritmo, no te puedo recomendar ninguna porque la música es algo muy personal pero en su famoso bolero, Rabel intento describir musicalmente una relación sexual con su amante, puede que a ti te valga. ¡Inténtalo!
A lo tonto, esta guia nos puede venir de puta madre tambien a los tíos. A ponerla en práctica en cuanto se pueda.<br /><br />Un abrazo