Hace unas semanas fue por Fallas. Ahora mismo, por plena Feria de Abril sevillana. En unos días, por San Isidro en Madrid. Las más afamadas ferias taurinas españolas están en plena temporada. La tradición por la tauromaquia vuelve un año más a llenar plazas de toros de casi toda la geografía española, repletas de aficionados deseosos de volver a ver a las grandes figuras del toreo en plena faena, mientras que fuera de los cosos un cada vez mayor movimiento antitaurino lucha por la abolición de la conocida como fiesta nacional.

Lejos de entrar en la polémica surgida en cuanto a la valoración del trato del animal durante las corridas de toros, la tauromaquia conlleva tras de sí mucho más que el simple enfrentamiento entre hombre y bestia. El toreo, tanto si lo consideramos o no un arte en sí, sí que es el origen de una cultura centenaria, especialmente dentro de España pero existente igualmente en el resto de países donde la tauromaquia se ejercita, en la cual también el arte tiene cabida. Afamados artistas de diversas épocas, nacionalidades y tendencias lo tomaron como base para muchas de sus obras: Goya, Zuloaga, Botero, Manet… La cultura popular tampoco escapa a su influjo, reflejándose a través de múltiples coplas o en sencillas expresiones populares.

La confrontación entre el hombre y el toro es muchas veces la base sobre la que se sustenta el movimiento cultural. En otras ocasiones, sin embargo, es la propia figura del torero la que inspira de por sí a los artistas. Estar dispuesto a enfrentarse con el animal, incluso a poder morir en el intento, es para muchos sinónimo de masculinidad. Para otros, la imagen del matador es sencillamente símbolo de elegancia varonil. No faltan sin embargo los que encuentran en la figura del torero una insinuación altamente erótica. Embutido en el traje de luces, la anatomía masculina se realza gracias al diseño de tan ajustada ropa de faena. El culo se moldea, y los genitales quedan especialmente marcados.

Artistas especializados en el erotismo, como Pierre et Gilles, no han querido dejar a un lado la temática taurina para dar vida a alguna de sus creaciones. Algunos fotógrafos conocidos por su visión erótica de lo masculino han presentado incluso libros o colecciones cuyo protagonista es el propio torero en sí. El artista colombiano, nacionalizado estadounidense, conocido como Ruven Afanador, publicaría en 2.001 un libro bajo el título de Torero, compuesto por imágenes basadas en la tauromaquia para cuya elaboración contaría con varios toreros de diversas nacionalidades. Ruven intentaría captar en algunos de sus trabajos el erotismo que para este fotógrafo exhala el matador. También tomaría al torero como inspiración el fotógrafo portugués especializado en el desnudo artístico Jorge Pereira. Lo mismo podemos decir del fotógrafo y director de arte sevillano Jorge Algaba.

Otras veces, la figura del torero es aprovechada por el fotógrafo para mostrar a un modelo muy concreto bajo una mirada altamente erótica, exhibiéndole en base a una temática considerada internacionalmente como exótica. Veremos así al modelo argentino Mariano Ontañón figurando como matador, en una de las series de fotografías más sensuales tomadas del considerado como uno de los top models más sexys de la Argentina. Otras veces, esa sensualidad es aprovechada por algunas propias figuras del toreo para publicitarse. Lejos de encarnar al tipo rudo y conservador, son cada vez más los maestros que prefieren mostrar de sí una imagen elegante y moderna, cercana al tipo metrosexual. Podríamos destacar a José Mari Manzanares (hijo) . El matador alicantino, consciente de su porte y belleza masculina, ha aceptado trabajar en múltiples ocasiones como modelo para grandes firmas. En sus trabajos hemos podido ver cómo el torero conjugaba, de una manera altamente sensual, toreo y modelaje tanto frente a las cámaras como sobre la arena. Las nuevas generaciones seguirán su ejemplo, posando sensualmente para carteles y pasquines taurinos, tal y como se pudo ver al joven pacense Posada de Maravillas en los carteles que lo anunciaban la pasada temporada.

Pero la tauromaquia da para más. Además de poder ser interpretada de manera erótica y mostrar el lado más sensual de la figura del torero, el mundo taurino ha sido tomado también por la industria pornográfica para basar en él algunas cintas donde el arte del toreo se conjuga con el sexo. Rocco Siffredi protagonizaría en 1.996 el filme porno Torero, considerada como toda una película de culto del famoso actor porno italiano. La escena rodada junto a la actriz Olivia del Río y centrada en la penetración anal de la flamenca por el torero, recibiría excelentes críticas de los pornófilos. En el porno gay tampoco faltan los ejemplos. Uno de los más recientes, publicado este mismo año, lo protagoniza el conocido actor porno de ascendencia gitana nacido en Algeciras, Denis Vega. En la piel del matador Manuel Vega, el andaluz interpretará a un famoso torero que, frente a la prensa rosa celebra su compromiso con una conocida bailaora, mientras que en su cortijo se abandonará a sus instintos más sexuales, sacando el estoque que guarda entre las piernas frente a los asalariados que desean darlo todo frente al maestro.

Torero Denis Vega, Dani Robles 2016