“Las masturbación femenina sí, existe y es estupendo, aunque algunas aún no lo sepan, o no quieran reconocerlo». Esto comentaba una mujer de unos 40 años en un grupo de educación sexual femenino, cuando otra participante comentaba que las mujeres no se masturbaban realmente, que era una moda, que sólo algunas mujeres “raras”, con demasiado deseo, realmente se masturbaban. Continuó comentando que el resto no lo necesitaban como ocurría con los hombres, que para ellos era fundamental y que en ellos sí era normal.
Pero eso no es cierto chicas. Claro que la masturbación femenina existe y se practica, lo que ocurre, es que aún no se considera “propio de una señorita” hablarlo en público o alardear de ello, como sí se les permite a ellos.
Sin ir más lejos en la pubertad es muy típico que los chicos alardeen entre ellos, e incluso delante de las chicas, de las “pajas” que se hacen, y quien se haga más es más “macho”, más fuerte y ¡el que más liga!. Relación que puede que jamás comprenda, por cierto, pero es así. La potencia sexual resulta atractiva, esto viene de nuestra herencia más animal, en la que el cortejo y el “macho dominante” se queda con la hembra en celo.
Por suerte, la hembra humana también es mujer y piensa por sí misma. Además, tiene un celo permanente, lo cual le permite decidir cuándo, cómo, dónde, con quién, por qué y qué hacer con su sexualidad. Y esto me encanta y me relaja bastante, no sé a vosotras.
Ya conocemos los diversos beneficios del autoerotismo, sin embargo, como ocurre habitualmente en este apartado de la vida llamado sexualidad, nadie nos dice nada ni nos enseña cómo sacarle partido real y positivo. Pocas son las mujeres que tiene una hermana, amiga o madre, que les informe sobre cómo tocarse ellas mismas y obtener orgasmos. Por el contrario, algún caso conozco en el que fue la madre la que quiso hablar sobre esto cuando su hija era adolescente, y ésta, debido a la vergüenza que le causaba hablar de esto con su madre, salió disparada del salón gritándole: “Mamá, por favor, no me hables de estas guarradas, ¡que eres mi madre!”. Y muchas de esas mismas adolescentes pueden haber pensado años después: “¡Ay, si hubiera escuchado a mi madre!”.
Pues sí, personalmente creo que es ideal tener información de primera mano y de una fuente fiable, evitamos mitos, por ejemplo. Sin embargo, no se lo tengas en cuenta a tu hija adolescente, si tú eres la madre. Ya sabemos que la adolescencia es una etapa, ¿cómo decirlo?…. ¿especial?, y es muy común la vergüenza y la rebeldía. Tranquila, puede que llegue un día en que te buscará para preguntarte cualquier tema sexual, o ella se encargará de buscar la información, peroes muy bueno que te ofrezcas abiertamente a hablar de masturbación con ella, al menos para que sepa que no es nada malo y puede hablarlo contigo, si lo desea.