El orden de los factores no altera el producto
El orden de los factores no altera el producto
Todos soñamos al momento de conocer a una persona que nuestra cita tendrá el mismo rumbo que Los cuentos de Disney, ya saben ; se conocen por casualidad, tienen una cita romántica y viven felices para siempre. Hoy en nuestros tiempos parece ser que ese orden ha cambiado, ya que por lo general buscamos primero tener sexo y después vemos si podemos tener una cita para poder charlar y conocernos mejor.
Esto paso hace más de 8 meses, cuando me encontraba en el trabajo súper aburrido, decidí meterme a una típica red social para encuentros; para mi sorpresa había demasiados usuarios conectaos, empecé a ver los perfiles, las fotos y todo me parecía lo mismo; la típica foto de pene erecto o culo empinado y sus descripciones de… Solo Busco SEXO, y pensé » pues que no hay nada más que hacer en el trabajo”. De repente uno de los perfiles tenia de foto una de un pene vestido de soldado, tenía el uniforme en miniatura puesto, me dio demasiada risa así que decidí mandarle un mensaje; el cual decía » Bonito uniforme » , a los pocos segundo recibí la respuesta la cual decía » Un poco apretado, porque no me ayudas a quitármelo. La conversación se dio, y comenzamos a ponernos de acuerdo para vernos después del trabajo.
Quedamos de vernos a las 8 de la noche en su apartamento, al llegar a la dirección recordé que no sabía cómo era su rostro, lo único que conocía era su pene regordete en un uniforme de soldado; entonces empecé hacer suposiciones que llenaron mi mente de miedo, pero creo que la calentura era más grande, así que me arme de valor y toque el timbre. Se abrió la puerta con mucha cautela, al abrirse por completo pude ver al portador del gran soldado, era alto, blanco, con cabello oscuro y uno labios carnosos acompañados de un tupido bigote.
En cuanto entre nos besamos, comenzó a desnudarme, sentí sus manos ásperas masculinas recorrer mi cuerpo desnudo; yo no me podía quedar atrás así que también comencé a quitarle la camisa, la cual revelo un cuerpo formado por el gimnasio, lleno de vellos oscuros, al tocar su entrepierna pude sentir que algo muy grande estaba debajo de su pantalón, era el soldado de la foto. Al llegar a su habitación estaba decidido a comerme el culo, así que paso algunos minutos disfrutándolo, podía sentir su lengua recorren mi ano, era una sensación, que nueva para mi así que era un poco extraño pero agradable al mismo tiempo. Ya no podía aguantar más, tenía que saber que había debajo de ese pantalón, así que decidí quitarlo.
Cuál fue mi sorpresa al ver aquel órgano en su máxima expresión palpitando, era enorme, grueso rosado, al tocarlo podía sentir la intensidad con la que se encontraba erecto, no podía dejar de tocarlo se sentía tan pesado, el glande era rosado y lubricaba como ninguno. No pude contenerme más así que comenzamos a tener sexo oral, lamia mi pene con tanta delicadeza mientras que yo lo hacía bruscamente, lo cual le encantaba y a mi también. Comenzamos a tener sexo, él era top así que yo sería penetrado por ese pene enorme, se puso el condón y comenzamos; sus movimientos sutiles hacían mi cuerpo estremecerse , podía sentir su glande rosarme por dentro de mí , tomamos un ritmo el cual fue delicioso para los dos , seguíamos gritando de placer hasta terminar; estábamos llenos de sudor , el aire nos faltaba y nos volteamos a ver a los ojos , su reacción fue de una gran sonrisa y una frase que jamás olvidare… » Hola mi nombre es Esteban » , yo no pude contenerme así que solté una carcajada a lo que respondí » Mucho gusto mi nombre es Cesar»
Esteban y yo permanecemos juntos desde ese día, hemos tenido grandes cenas románticas, citas inesperadas , así que no por no habernos conocido de una manera típica no significa que no tengamos un final feliz, recuerden que el orden de los factores no altera el producto.
¡Hola César! ¡Bienvenido como colaborador a la web! Muy bueno tu primer aporte, y totalmente de acuerdo con la moraleja de este «cuento» actual. ¡Un saludo!