¿Qué ocasiona los testículos caídos? ¿Tienen alguna consecuencia?
Es importante aclarar que los testículos están contenidos en las bolsas y en realidad son éstas las que se “hacen flácidas”; el volumen y peso de los testículos nos da la impresión de tenerlos caídos. Este es un proceso fisiológico normal, que ocurre a medida que avanzamos en edad. Las bolsas se hacen más extensibles por la flacidez o pérdida de tono muscular y de de la piel.
La flacidez de la bolsa escrotal cambia la apariencia de los genitales externos de un hombre, pueden provocar dificultades para usar algunas ropas interiores y en ocasiones hipersensibilidad testicular, y más aún, dolor al comprimir los testículos con las piernas durante las horas de sueño.
¿Existe algún tratamiento?
La decisión de darle tratamiento depende de la importancia que el hombre le dé a la estética de sus genitales y del grado de molestia que este problema pueda provocarle; existe un procedimiento llamado lifting escrotal o cirugía de rejuvenecimiento escrotal, que persigue disminuir el exceso de bolsa, acercándola más al cuerpo y devolviéndole una apariencia más juvenil y funcional a sus genitales.
Los testículos o gónadas masculinas son dos glándulas ubicadas fuera del cuerpo, con una doble función: producir los espermatozoides (célula sexual masculina) y la testosterona (hormona indispensable para el desarrollo físico y la vida sexual del individuo).
Para que los testículos produzcan espermatozoides maduros necesita mantener una temperatura constante, cerca a los 35-35,5 °C, es decir 1,5 °C por debajo de la temperatura corporal normal, por esta razón está contenido en una bolsa separada del resto del cuerpo llamada escroto, que se hace pequeña y se acerca si hace frío o por el contrario, relajándose y haciéndose grande si hace calor.
¿Por qué se encogen los genitales ante un peligro?
«Los huevos de corbata»
Los testículos están recubiertos de fibras musculares lisas, que son las que movilizan al testículo rápidamente hacia arriba en momentos de pánico, miedo o terror, escondiéndolos a veces en el conducto inguinal, que es por donde descienden y ascienden los testículos.
Este fenómeno se produce por elevación de las hormonas adrenalina y la noradrenalina, las que se activan si nos encontramos en situaciones de miedo, pánico, huida o ataque, y generan una serie de acciones en el cuerpo, entre ellas está la de provocar la contracción de las fibras musculares, causando con ello una elevación o “encogimiento” de los testículos. También se elevan porque en la pared del escroto (bolsa de piel que cubre los testículos) en su porción interna y más inferior existe un músculo el cual se contrae en respuesta al frío, a la estimulación sexual y a determinadas situaciones amenazantes y se relaja al realizar ejercicios o cuando hace mucho calor alejándolos del calor corporal. Esta es otra función del escroto, procurar que los testículos se mantengan en una temperatura adecuada, generalmente más baja que la temperatura del cuerpo, condición necesaria para su óptimo funcionamiento.
El mismo razonamiento se aplica al pene, que tiene cubiertas de fibras musculares que actúan igual, contrayéndose, dando como resultado también un “encogimiento del pene” escondiéndolo en el espacio que está por debajo del pubis (parte inferior del vientre).
En momentos de miedo se reorienta la dirección de la sangre hacia los órganos vitales tales como el cerebro, el hígado, el corazón, riñones, entre otros y hacia el sistema músculo-esquelético, porque el organismo se prepara para responder ante una situación de pánico. Esto va a provocar que el pene no solamente se vea escondido sino también disminuido en grosor, porque solamente circula en él la cantidad de sangre suficiente, mientras dure esa situación de pánico.