¿Sabes qué es el CFNM?

CFNM, letras que corresponden a la expresión «Clothed Female Nude Male«, vendría a traducirse en español por «Mujeres vestidas, hombres desnudos». Bajo estas siglas se presenta un tipo de material pornográfico hetero muy particular donde, como el vocablo indica, las féminas intervinientes se mantienen vestidas, mientras que los varones se desnudan, o mejor dicho, son desnudados.

Aunque la expresión puede darse con cualquier producto porno donde intervienen mujeres vestidas, sea con ropa ordinaria o particular, junto a hombres completamente desnudos o semidesnudos, el término CFNM se ha destinado para diferenciar un tipo de actuación sexual frente a las cámaras (que, por supuesto, podría tener su equivalente en la vida real y dentro de las relaciones sexuales deseadas y cumplidas por los que gusten de ellas), donde el hecho de que la mujer figure vestida frente a un varón desvestido es en realidad reflejo de un acto de sumisión del hombre frente a lo femenino. Mientras que en el porno hetero general el hombre encaja habitualmente en un papel dominante y activo, en el subgénero CFNM es la mujer la que domina, sin llegar al porno particular dedicado a la temática bondage donde la mistress somete al esclavo a todo tipo de vejaciones sexuales. Sería, por tanto, un tipo de porno intermedio entre el común y el bondage.

En el CFNM el sexo a practicar es el genérico, sin adentrarse en prácticas sadomasoquistas. La diferencia la marca el papel dominante que toma de la mujer, frente al sumiso del hombre. Dentro del CFNM veríamos pajas, maturbaciones, mamadas, folladas y corridas, pero sin que sea el varón el que decida cómo hacerlas ni el que indique a la chica cuándo y dónde quiere disfrutar de ellas. Es la mujer la que, por el contrario, decide aprovecharse de la presencia del varón frente a ella y gozar del sexo haciendo para ello uso del hombre.

En los encuentros CFNM suelen ser varias las féminas que someten al chico a sus deseos sexuales. Los varones pueden aparecer, por su parte, individualmente, en pareja, en tríos o en grupo, pero la opción mayoritaria es la inicial, seguramente en respuesta al tipo de consumidor habitual de este porno, que lejos de ser requerido por un público femenino, gusta de aquellos hombres a los que les pone ser dominados, sin llegar a convertirse en esclavos, y que al ver un maromo desnudo frente a un grupo de mujeres vestidas que le someten sexualmente, se pueda imaginar a él mismo en tales lides.

Las féminas participantes en los actos CFNM se presentan como cazadoras ávidas de sexo que al encontrarse con un hombre, deciden desfogarse haciendo uso de él. Le desnudarán, pajearán, chuparán su polla o, inclusive, se meterán su verga por el coño, hasta lograr que el tío en cuestión les brinde una buena dosis de semen. Pero habrá también mujeres que prefieran no tocar, sino sencillamente sentir cómo los hombres caen rendidos a sus órdenes, ejecutando las directrices que éstas dictan y bajo las cuales quedaría claro cuál es el sexo débil. En muchos de estos casos, lo que consiguen las féminas es sencillamente que el hombre se desnude para ellas y, sin que haya relaciones sexuales de ningún tipo, sí que habrá sexo en forma de masturbación, viendo cómo éstos se pajean delante suya. Es lo que ocurre, por ejemplo, en el film porno británico «Jocks´ Trainer» (o «la entrenadora de los deportistas»), donde una nueva monitora, Mrs. Lindstrom, se presentará ante el heterogéneo grupo de deportistas masculinos que quedan bajo su cargo. Las normas de entrenamiento van a cambiar. Primero, les ordenará que se desnuden, para entrenar completamente en bolas, tal y como lo hacían los atletas de la antigüedad. Diez vueltas a la cancha será lo que tengan que dar para comenzar. Es entonces cuando, en plena rutina, entran en el pabellón el grupo de animadoras locales. Contrariados, querrán taparse, pero las órdenes de la nueva entrenadora son firmes: hay que seguir entrenando, aunque haya público. Entonces, tras una serie de ejercicios, vendrá la última y más importante de las pruebas: el autocontrol sobre el pene. Para que no sea el deseo sexual el que domine a los deportistas en el día a día, restando concentración y energía, la nueva monitora tiene claro qué es lo que deben hacer los deportistas a su cargo: masturbarse. Pero no en solitario ni en sus cuartos: la masturbación será parte del entrenamiento conjunto. Y esta vez inclusive con animadoras. Hasta que no se corran no podrán irse a los vestuarios.

¿Quién será el último en abandonar la cancha?