"Squirting": mitos y verdades sobre la eyaculación femenina. Técnicas de Masturbación 1

«Squirting»: mitos y verdades sobre la eyaculación femenina.

Las películas porno han suscitado un creciente interés por la eyaculación femenina, mientras libros, cursos y expertos enseñan alas mujeres cómo conseguir su nuevo reto sexual.

Sexualmente hablando, el cuerpo de la mujer ha sido, a lo largo de la historia, una caja de sorpresas. Primero se sospechó que el género femenino podía sentir placer durante el sexo, luego vino el tema del controvertido punto G y hace tiempo que se ha descubierto que ellas tienen, como sus colegas varones, próstatas y pueden también eyacular.

Las mujeres que creían que se orinaban cuando experimentaban un orgasmo y dejaban la cama perdida –hecho que les acarreaba más de un trauma y mucha vergüenza ante sus amantes–, están de enhorabuena y rabiosa actualidad, en parte gracias a la industria del porno, que ha popularizado el squirt –vocablo inglés utilizado para denominar a la eyaculación femenina– y lo ha convertido en un género más dentro del sector, como son los vídeos de maduritas, grannies –abuelas–, pollas grandes, pechugonas o sexo casero.

Cytherea en plena acción
Existen portales especializados con cintas en las que pueden  verse a chicas expulsando con fuerza fluidos salidos de sus vaginas, al tiempo que dejan a su compañero/a de juegos como recién salido de la ducha. La practica cuenta también con su reina indiscutible: la actriz porno americana Cytherea, que domina el arte del squirting. Claro que también abundan los trucos de aspirantes a estrellas, que se introducen líquidos en sus partes y que luego lanzan en el momento justo, o micciones que intentan hacerse pasar por lo que no son. Todo para simular lo más deseado del momento: la eyaculación femenina.
La respuesta a la pregunta de por qué unas mujeres eyaculan y otras no, está en las glándulas de Skene, que son las que expulsan el liquido que se genera en el punto G o próstata femenina. El tamaño de estas glándulas varía en cada mujer y según estudios llevados a cabo por el doctor Emmanuele Jannini, de la Universidad de L’Aquila, en Italia, tenerlas de una talla más reducida podría hacer que el fluido de la eyaculación se vaya a la vagina y no salga al exterior, lo que explicaría la ausencia de este fenómeno.

El sexólogo Francisco Cabello Santamaría, director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología, llevó a cabo, en 1996, un experimento en el que analizó la orina de 24 mujeres después de tener un orgasmo y en todas las muestras encontró antígeno específico prostático (PAS), un componente del líquido eyaculatorio femenino. Parece ser que todas las mujeres eyaculan, pero tan solo algunas lo hacen de forma espectacular y a la manera masculina. Cabello cree que el tamaño de las glándulas y su número es lo que impide que muchas mujeres no puedan emular las hazañas de Cytherea, “hay limitaciones anatómicas, pero eso no influye en la calidad del orgasmo. Eyaculación y orgasmo son cosas distintas, aunque a menudo vayan juntas. De hecho, muchas mujeres que eyaculan lo hacen antes de llegar al climax”. A Cabello no le extraña que este asunto cree hoy tanta expectación, “lo que me resulta increíble es que antes no hubiera este interés. Del líquido eyaculatorio femenino se ha hablado siempre hasta que a finales del siglo XVI se inventó el microscopio y entonces perdió interés, al descubrirse que estaba desprovisto de espermatozoides”.

La sustancia que se expulsa durante el squirt puede ser transparente o de aspecto blanquecino y se forma en la próstata femenina, localizada en el punto G, la zona de mayor sensibilidad dentro de la vagina, ya que el clítoris –que posee más de 8.000 terminaciones nerviosas– se introduce hasta ocho centímetros en el interior de esta. Existe, por así decirlo, un “pene interno” que hace que esta área sea más rugosa al tacto. Como ocurre con el esperma masculino, el fluido expulsado en la eyaculación femenina siempre ha sido objeto de mitos y leyendas. Antiguamente se le conocía como “elixir de la vida eterna” o Amrita, que en sánscrito significa “sin muerte”.

Hace tiempo que Deborah Sundahl, educadora sexual con residencia en Santa Fe, EEUU, empezó a hablar del tema, hasta convertirse en la gurú de la eyaculación femenina. Sus cursos, vídeos y su libro Female ejaculation and the G Spot –La eyaculación femenina y el punto G – (Hunter House, 2003) han iniciado a muchas en el arte del squirting. Sundahl sostiene a S Moda que “todas las mujeres pueden eyacular porque todas tienen la misma anatomía”. “El punto G es la próstata femenina y la eyaculación es fluido prostático. Todas podemos liberar a la auténtica mujer que llevamos dentro porque el orgasmo del punto G es físico y envuelve a todo el cuerpo. Hay que hacer determinados movimientos, abrir la laringe y disfrutar. Empezar a aprender despacio y con ritmo. Si se corre demasiado, como en las películas porno, no se podrá sentir la intensidad y las exquisitas sensaciones del punto G. Todo un mundo de dicha erótica está esperando a las mujeres con este tipo de orgasmo”.

Cuando Sundahl lanzó su primer vídeo, How to female eyaculate: Find your G-Spot –Como conseguir la eyaculación femenina: Encuentra tu punto G-, en 1992, nadie hablaba del tema. Ahora es tendencia. “La eyaculación femenina ha pasado a ser un asunto de interés en parte debido a las películas porno”, admite Deborah, “pero el porno es entretenimiento, no educación. La gente quiere saber más sobre sexualidad porque esto les ayuda a conseguir más felicidad con el sexo, ya que así se convierten en mejores amantes. Las mujeres, por ejemplo, siempre han tenido más problemas que los hombres a la hora de obtener orgasmos porque no sabían de la existencia de la próstata femenina. ¿No tendrían ellos esas mismas dificultades si desconocieran que contaban con un pene? Es una cuestión feminista y ha llegado la hora de que empecemos a disfrutar de una sexualidad más plena”.

Para quienes quieran iniciarse en la practica del squirting, ahí van unos consejos básicos y técnicas.

1. -Colocar lubricante en los dedos cordial y anual y empezar a estimular el clítoris por fuera, lo que hará que este se ponga erecto y la zona del punto G sea más palpable. Pasado un tiempo se introducen los mismos dedos, con la palma de la mano hacia arriba, en la vagina y se localiza el punto G, una zona rugosa justo detrás del hueso pubico. Mover los dedos hacia delante y atrás -como cuando hacemos un gesto a alguien para que se aproxime-.

2.- Masajear la zona variando los movimientos: circulares, de presión, más o menos rápidos… Si hay una sensación como de ganas de orinar es que estamos haciendo bien el trabajo.

3.- Combinar con los ejercicios de Kegel –contracción de los músculos vaginales- y seguir intentando hasta conseguirlo.

Prueba tú sola,o pidelé a tu chic@ que te lo haga.

Una advertencia, evitar practicar sobre la colcha que nos dejó en herencia la abuela.

Dos tipos de eyaculación femenina, uno sí es pis.

Hay dos tipos de eyaculación femenina.

La más común es justo la que pasa más desapercibida: en el momento del orgasmo la mayoría de mujeres segregan una especie de líquido traslúcido-blanquecino, que a menudo suele quedarse en el interior del canal vaginal y confundirse con la lubricación propia de la excitación genital.

No suele ser muy abundante, y sólo cuando la mujer está arriba o si tiene eyaculaciones más cuantiosas es cuando se aprecia mejor la descarga del fluido, saliendo generalmente a borbotones durante las contracciones del orgasmo.

Este líquido se segrega en las glándulas de Skene o “próstata femenina”, y contiene componentes parecidos al semen masculino como el antígeno prostático o PSA. Es el que corresponde a la columna “ejaculate” en la tabla superior.

Otra cosa diferente es el “squirting” o expulsión a chorro de masivas cantidades de líquido transparente.

Las actrices niegan que sea orina, pero cuando se les pregunta en qué receptáculo de la zona pélvica almacenan tanta cantidad de líquido, se encogen de hombros. No hay vuelta de hoja. Sale de la vejiga y cuando se analiza su composición (“squirt” en tabla superior) se observa que tiene urea y propiedades similares a la orina.

Esta eyaculación a chorro tipo squirting es mucho menos frecuente. La mayoría de mujeres no la han tenido nunca, algunas sólo unas pocas veces generalmente de manera inesperada y embarazosa, y a un mínimo porcentaje –más alto entre las actrices porno puesto se puede entrenar- les ocurre de manera frecuente, dicen que tras una estimulación vigorosa del punto-G.

Análisis químicos de la eyaculación y el squirting. Los primeros experimentos para analizar la eyaculación femenina los realizó el sexólogo Gary Schubach a finales de los años noventa.

Schubach reclutó varias mujeres que decían expulsar gran cantidad de líquido durante el orgasmo, les introdujo un fino catéter por la uretra hasta la vejiga, y les pidió que se masturbaran. Si el líquido era orina saldría por dentro del catéter, y si no lo era por fuera.

Schubach comprobó que en los casos de copiosas cantidades efectivamente el líquido salía por dentro del catéter, pero también observó que por fuera aparecía un fluido de una textura diferente. Analizando este último vio que era más turbio y recordaba al semen masculino, y que parecía salir de unas glándulas al lado de la uretra llamadas glándulas parauretrales o de Skene, que en origen embrionario son homólogas a la próstata masculina y por eso se tildan de próstata femenina. Se empezó a intuir que podía haber dos tipos diferentes de eyaculación femenina.

Mucho más reciente, en una investigación publicada en 2011 en el Journal of Sexual Medicine, Emmanuele Jannini y A. Rubio analizaron en gran detalle las expulsiones de una mujer de 43 años que podía producir ambos tipos de líquidos.

Comparando con su propia orina recogida por la mañana (la tabla superior son los resultados de su estudio), los autores observaron que el líquido abundante y transparente durante la expulsión violenta tipo squirting contenía urea, ácido úrico y creatinina, y que por tanto era orina diluida proveniente de la vejiga y “eyaculada” debido a la relajación muscular durante el orgasmo.

En cambio la sustancia más traslúcida y espesa era totalmente diferente, efectivamente estaba formada por sustancias muy parecidas las segregadas por la próstata masculina, y era la que en propiedad debiera llamarse eyaculación femenina.

En la conclusion de su artículo científico dicen literalmente que:

La eyaculación femenina y el squirting son dos fenómenos diferentes. Los órganos y los mecanismos que los producen son diferentes. La eyaculación femenina real es la liberación de un líquido blanquecino, espeso y escaso desde la próstata femenina, mientras que el squirting es la expulsión de un líquido diluido desde la vejiga urinaria”.

Pero… ¿por qué se produce el squirting? El artículo no explica a qué se deben las diferencias entre orina y líquido del squirting, que no tiene color amarillento ni huele como orina. Pero hay una posible explicación.

Durante 2012 coincidí con Emmanuele Jannini tanto en el congreso internacional de medicina sexual en Chicago como en el europeo de sexología celebrado en septiembre en Madrid, y me dijo que estaban estudiando la siguiente hipótesis: durante el acto sexual en ocasiones se pueden producir desajustes en los niveles de una hormona llamada vasopresina, que entre otras funciones es antidiurética y responsable de concentrar orín en los riñones (razón por la que a veces tras un coito largo tenemos mucha sed y ganas de ir al baño).

Según Jannini, quizá en función de la intensidad del placer o la duración del acto, si los niveles de vasopresina fluctúan mucho se podría generar una situación temporal y transitoria análoga a la diabetes insípida, en la que aumenta muchísimo la producción de orina en los riñones. Bajo estas condiciones la vejiga acumularía una enorme cantidad de orina, que estaría tremendamente diluida, y que por la contracción muscular durante un orgasmo intenso podría ser expulsada incontroladamente. Estaría tan diluido que no se identificaría como tal, pero en realidad este squirting sí es pis que sale por la uretra proveniente de la vejiga.

El porno, mal referente

Es cierto que algunas mujeres eyaculan más notoriamente y sienten orgasmos más intensos por estimulación del punto-G. Y es positivo que si lo desean exploren sus cuerpos en busca de experiencias diferentes. Pero para evitar presiones deben saber que el squirting que vemos en las películas porno es una exageración, y que además responde a otro fenómeno.

Algunas actrices hacen directamente trampa introduciéndose líquido en sus vaginas, otras beben elevadísimas cantidades de agua antes de las escenas, y aunque suelan negarlo, muchas admiten que podría ser pis diluido. Yo para S=EX2 he entrevistado actrices y directoras como por ejemplo Tristan Taormino, quien reconoció que ella también cree que es orín. Adelante si es eso lo que da un morbo especial, faltaría más, pero en principio esas ráfagas no es lo que la pareja debería pretender lograr.

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