La disfunción eréctil afecta a entre el 12,1% y el 18,9% de los varones adultos entre 25 y 70 años en todo el mundo. La mayoría de los expertos defienden que se trata de un problema que afectará a todo hombre en algún momento de su vida, especialmente a medida que envejecen, aunque sus causas pueden deberse tanto a cuestiones físicas como psicológicas.
Aunque todavía son muchos los hombres que ocultan esta patología y no acuden a un especialista para ser diagnosticados y tratados, lo cierto es que hoy en día la mayoría de los casos de disfunción eréctil pueden ser tratados con gran eficacia.
Existen multitud de soluciones médicas adaptables a cada caso pero antes de optar por una u otra, es importante, además de contar con el asesoramiento de un médico, entender cómo actúan, qué efectos secundarios pueden tener y qué tipo de fármacos y tratamientos hay disponibles para hacer frente a un problema frustrante y vergonzoso que no sólo destruye la vida sexual de los hombres sino que puede afectar a su salud mental y a su autoestima.
Primer paso: la visita al doctor
Aunque hay diversas alternativas más allá de las farmacológicas para tratar de solucionar la disfunción eréctil, la mejor manera de hacerla frente es consultar a un profesional.
“Dado que es un problema tan común, no debería resultar intimidatorio hablar con el médico”, comenta Taylor Kubota en Men’s Journal, “pero no esperes que te dé un montón de muestras gratis sin más”, puntualiza. Lo primero que hará es asegurarse de que la disfunción es realmente un problema médico preguntando al paciente por su dieta, peso, niveles de estrés, si bebe alcohol o fuma…
Los medicamentos para la disfunción eréctil pueden ser ineficaces o peligrosos para algunos hombres
Más allá de la edad o el estilo de vida, tendrá en cuenta el historial médico ya que algunos tratamientos, como la quimioterapia, pueden afectar al funcionamiento eréctil. La hipertensión arterial, unos niveles altos de colesterol, la diabetes mellitus o la obesidad son algunas de las causas no sexológicas que pueden provocar impotencia.
¿Cómo funcionan las píldoras?
Pocos son los varones que no conocen los nombres de las píldoras más populares –Viagra, Levitra y Cialis–, pero conocer cómo actúan en el cuerpo no es tan común. Los fármacos para tratar la impotencia trabajan incrementan los niveles de óxido nitroso en el cuerpo de tal forma que relajan los músculos de alrededor del pene permitiendo el aumento del flujo sanguíneo en la zona, ayudando a que esta responda ante el deseo sexual.
Principales pastillas y diferencias entre ellas
Aunque en general se considera que todas actúan de la misma forma, independientemente de si se trata de las genéricas o de la mítica Viagra, lo cierto es que existen algunas diferencias entre unas y otras que es importante tener en cuenta:
– Viagra: deben tomarse entre media hora y una hora antes de practicar sexo y su efecto puede durar entre cuatro y cinco horas.
–Levitra: este medicamentos han sido aprobados por la FDA. Levitra ha capturado la industria farmacéutica por sus resultados eficaces y menos efectos secundarios. Ayuda a lograr una erección en 15 minutos después de tomar el medicamento. Su efecto dura por un período de tiempo más largo, casi cerca de 16 horas. Por lo tanto, Levitra funciona más rápido y tiene efectos más duraderos.
– Avanafil: también conocido como Spedra, tres dosis de este medicamento equivalen a una del conocido Viagra. Esta nueva píldora ha conseguido reducir el tiempo de espera a apenas 15 o 30 minutos y sus efectos son aún más duraderos (entre 6 y 12 horas).
– Cialis: Tomada a diario, alivia el problema de la disfunción eréctil en el momento en que el paciente lo requiera, sin tener que esperar equis número de horas. Cialis también se receta para el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata (HBP), un problema que se traduce en el agrandamiento de la próstata y que puede afectar a la micción. Así que algunos hombres pueden medicarse con estas pastillas por esta condición.
Más allá de la edad o el estilo de vida, tendrá en cuenta el historial médico ya que algunos tratamientos, como la quimioterapia, pueden afectar al funcionamiento eréctil. La hipertensión arterial, unos niveles altos de colesterol, la diabetes mellitus o la obesidad son algunas de las causas no sexológicas que pueden provocar impotencia.
¿Cómo funcionan las píldoras?
Pocos son los varones que no conocen los nombres de las píldoras más populares –Viagra, Levitra y Cialis–, pero conocer cómo actúan en el cuerpo no es tan común. Los fármacos para tratar la impotencia trabajan incrementan los niveles de óxido nitroso en el cuerpo de tal forma que relajan los músculos de alrededor del pene permitiendo el aumento del flujo sanguíneo en la zona, ayudando a que esta responda ante el deseo sexual.
Otros tratamientos no orales
Los medicamentos orales funcionan para la mayoría de los hombres con disfunción eréctil, pero algunos pueden necesitar tratamientos más potentes. Aunque en nuestro país no están recomendadas, actualmente existen dos alternativas:
– Alprostadil: se trata de un supositorio que se inserta directamente en la uretra. El paciente debe primero orinar para lubricar el conducto y después introduce el fármaco. Al entrar directamente en el organismo se trata de un medicamento bastante más fuerte que las píldoras orales: “La mayoría de los hombres tienden a tolerarlo bien, pero algunos después se quejan de dolor en el pene o ardor al orinar”, explica el doctor Benjamin Breyer, jefe de Urología del Hospital General de San Francisco. Sin embargo, como ha explicado Isabel Portero, profesora del Departamento de Medicina de la UCM, “este fármaco no está aprobado en España para tratar la disfunción eréctil y es de uso estrictamente hospitalario. Se utiliza para tratar enfermedades arteriales graves en adultos y como apoyo para tratar malformaciones cardíacas en niños”.
– Inyección directa: “se utilizaba en los hospitales antes de la llegada de los fármacos inhibidores de la fosfodiesterasa pde5, que es el mecanismo de acción de todas las píldoras”, comenta Portero. Actualmente en desuso, este tratamiento vasodilatador implicaba utilizar una aguja para administrar la solución (compuesta, por lo general, por dos o tres medicamentos diferentes) directamente en el pene.
Efectos secundarios
Aunque los avances médicos en la materia nos sitúan ante un panorama de medicamentos bastante seguros, para la mayoría de los hombres existen algunos efectos secundarios que, aunque suelen corregirse de forma natural con el paso del tiempo, es interesante tener en cuenta antes de consumirlos, ya que son muchos los hombres que tendrán que mantener estos tratamientos durante el resto de sus vidas.
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fuente: elconfidencial.com